Hace muchos años, mi hermana invitó a una buena amiga a merendar a casa.
Ella tenía esa tarde clase de violín y trajo el instrumento.
Mi gran ilusión en aquella época era tocar el violín y le pedí que me dejara tocarlo un momento.
Es dificilísimo, creo que es de los instrumentos más difíciles para tocar.
Después de intentar tocar algo coherente, se me quitaron las ganas de aprender a tocar ese instrumento.
Es mucho más fácil la guitarra o el piano.