Cuando eres niño o joven te gusta mucho que llegue tu cumpleaños.
Es un día especial, recibes muchos regalos y todo el mundo te felicita.
Con los años, mucha gente, pierde esa ilusión de la juventud.
Afortunadamente hay gente que sigue con la misma ilusión de antes.
A mí nunca me gustó celebrar mi cumpleaños, no sé por qué, pero me gusta celebrar algún logro o éxito, no me gusta celebrar algo impuesto.