Cuando era pequeño jugaba al hockey.
Siempre me ponía rodilleras ya que solíamos caernos mucho.
Gracias a las rodilleras no nos rompíamos los pantalones y evitábamos hacernos heridas.
El hockey es un juego muy agresivo y necesitas ir muy rápido.
La pelota era muy dura y había que golpearla con mucha fuerza.
Me encantaba jugar al hockey, pero siempre acabábamos discutiendo ambos equipos.