Recuerdo cuando era niño que los monopatines eran muy simples.
Una tabla y cuatro ruedas.
Hoy día son mucho más sofisticados y da la sensación que es más fácil montar en ellos.
No quiero romperme los huesos probándolos, pero paso envidia de los jóvenes.
Cuando veo este tipo de monopatín, siempre quiero subir en él.