Siempre hemos dicho que las calles solitarias tienen un encanto especial.
Pero últimamente deseamos que las calles vuelvan a estar llenas de gente y volver a la vida de antes.
Seguro que ya queda menos y contaremos nuestras experiencias a nuestros nietos.
Pero hasta entonces, hay que tener paciencia e intentar no entrar en depresión.
Ánimo a todos.