Cuando somos niños o jóvenes nos creemos que la vida es muy larga.
También pensamos que la vida es sencilla, fácil y lo que deseamos es fácil de conseguir.
Cuando te vas haciendo adulto, te vas dando cuenta que no todo es tan fácil y cualquier paso que das para mejorar requiere mucho esfuerzo y trabajo.
También ves que el tiempo es limitado y este pasa rapidísimo.
Por lo tanto cada momento feliz hay que vivirlo como si fuera el último.
Hay que estar cerca de la gente que te quiere y quieres.
Al final, la vida son los buenos momentos.
Hay que intentar ser lo más feliz posible.