Hace muchos años, cuando era estudiante de universidad y teníamos que buscar un libro en la biblioteca, lo hacíamos de forma manual en unos ficheros interminables.
Estos ficheros contenían miles de fichas con la información de cada libro.
En un papel escribíamos la información del libro y se lo dábamos al bibliotecario para que lo buscase en el almacén.
Hoy día, todo está informatizado y ya no son necesarios estos ficheros.
El mundo va cambiando.